El
Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (en adelante, MCERL)
El
Marco Común Europeo de Referencia es una parte importante de las políticas
lingüísticas que rigen en Europa en cuanto el aprendizaje y la enseñanza de una
lengua extranjera. Gran parte de los programas, orientaciones curriculares,
exámenes de certificación así como manuales se apegan a los criterios
establecidos en el MCERL.
En
éste documento se describe lo que el estudiante necesita aprender o debe hacer así
como el tipo de conocimientos y destrezas que debe desarrollar para lograr una
comunicación efectiva. Adicionalmente, estos criterios ayudan a definir y a
comprobar el progreso y grado de aprovechamiento de los estudiantes en cada uno
de sus niveles en cuanto a la apropiación de un idioma extranjero.
El
MCER ofrece una plataforma común,
independientemente del idioma, para que los alumnos puedan compartir los mismos
objetivos, contenidos pedagógicos (de acuerdo a la lengua) y metodología,
favoreciendo la transparencia de los cursos, los programas y titulaciones,
además de ayudar al alumno a enfocarse sobre los contenidos que debe aprender
de acuerdo al nivel así como satisfacer sus necesidades de comunicación.
El Marco Común Europeo de Referencia define
cinco competencias que los alumnos deben desarrollar al término de cada uno de
sus niveles: comprensión auditiva, comprensión de lectura, interacción oral,
expresión oral y expresión escrita (Instituto Cervantes, 2002). (Muñoz, 2003) (Martínez
Lirola, 2007) (Abdelkader, 2009) (Rico Martín, 2005) (Candlin, 1990) (Vila,
1993)
1.1 Medición
del dominio de la lengua según el Marco Común Europeo de Referencia
Es
muy frecuente que para determinar el grado de dominio de un idioma se expongan
los niveles o parámetros en forma de cuadro descriptivo. El Marco Común Europeo
de Referencia expone tales características en dos dimensiones: vertical y
horizontal en las cuales se hace una sencilla descripción de las habilidades y
competencias que deberá tener el aprendiz al término de cada uno de los niveles.
Esta forma de trabajo resulta útil por diversos motivos:
a) La
definición de categorías para la apropiación de la lengua nos permite conocer
exactamente el tipo de aprovechamiento que debe tener el aprendiz en cada
módulo; a su vez contribuye a implementar las especificaciones de una forma
clara, precisa y realista para la construcción de objetivos generales del aprendizaje.
b) Su
organización es por unidades y permite gestionar de una forma más adecuada los
periodos de tiempo con el fin de que se tenga en cuenta el progreso y la
continuidad de los alumnos, además de favorecer la relación entre los programas
y los materiales de estudio.
c) La
evaluación de los alumnos es más acertada puesto que se cuenta con criterios
establecidos para determinar el nivel de aprovechamiento de los aprendices en
el dominio del idioma.
d) Se
evalúa el aprendizaje incidental, las experiencias fuera del aula y el
enriquecimiento adyacente que devengan de todas las situaciones descritas
anteriormente
e) El
describir cada una de las especificaciones para el dominio del idioma, permite
la comparación de objetivos, niveles, materiales didácticos, exámenes y grado
de aprovechamiento aun cuando las situaciones hayan sido diferentes o se
trabaje con otro tipo de sistema (Instituto Cervantes, 2002).
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